HISTORIAS PARA NO DORMIR: LA CAJERA( I PARTE)

Hace un par de semanas estuve trabajando de cajera de una caseta en la Feria de… bueno no puedo decir dónde, mi jefa directa me ha pedido que sea discreta, así que diré que estuve trabajando en la feria de Oklahoma. Para que os hagáis una idea en el recinto en el que trabajaba se servía Salmorejo, Gazpacho, Flamenquín y “Lechuga frita”, entre otros ( ya sé que os preguntáis que pinta la lechuga frita en Oklahoma, pero tiene su sentido). Además había cerveza, rebujito, etc..Lo que podemos encuadrar en una gran feria de Oklahoma, es decir, lo típico.
La verdad que yo, ilusa de mi, llegue a trabajar ilusionadísima, antiguos compañeros, recuerdos de cuando te jugabas la vida pasando entre los chunguitos, ¡eso era vida!. Pero mi gozo en un pozo, la feria ha cambiado, la gente ha cambiado o bien, siguen siendo los mismos y yo he cambiado. Para empezar llegue de inocente con mi súper caja táctil, mega híper rápida, con el último grito en maquinita de detección de billetes falsos... Se me apagó dos veces, la muy puñetera se apagó dos veces, y claro la gente que es súper comprensiva y en esos momentos en los que ven que te pones roja y que tus ojos empiezan a humedecerse, te dan una palmadita en la espalda y te dicen, no pasa nada, es normal, hay dos cajas más, nos vamos a otra, etc…..¡LOS COJONES!, los muy capullos te insultan y te dicen que como se nota que la caseta es del ayuntamiento porque no sabemos hacer ni la O con un canuto. Tú respiras, estamos a viernes primero de feria y te quedan nueve días por delante. Cuando ya se te ha pasado el sofoco y tu ordenador va respondiendo, te llegan 20 personas quejándose de que les has puesto cosas que no te han pedido y teniendo en cuenta que son los que antes te insultaron por tener el ordenador apagado, llamas a tu jefe antes de que alguien te tire una piedra. Una vez que has devuelto el dinero, has anulado tickets, esquivado alguna que otra piedra y le has puesto un ratón a tu ordenador de pantalla táctil, llega una viejecita y te pide una botella de agua grande (1.5L) amablemente le das el ticket y le dices:
-1,5 € señora.
La señora te da el euro y cinco céntimos……………tú que piensas que la estupidez humana no podría llegar más lejos y crees que lo que le pasa a esa señora es que no ve tres en un burro, le repites el precio.
La señora te dice:
- Noooo, ahí en el cártel pone 1,5€. Eso son 1 € y cinco céntimos, porque sino debería de poner 1,50€.
Antes de cometer asesinato, respiras y muy amablemente le explicas a la mujer la diferencia entre 1,5€ y 1,05€.
Ella lo entiende. El problema es que la estupidez humana es grande e infinita y después de esta mujer, llegaron otras con el mismo dilema. Lo peor, es que una se quedó allí diez minutos regocijándose de que ella tenía razón, prácticamente dijo esto:
- Es que tengo razón, esta mal puesto, debería de poner 1,50, no 1,5. Yo seré vieja pero no soy tonta y todavía pienso ( no voy a comentar eso).
Bueno este dilema duró nueve días, pero al tercero se hizo aguantable, al igual que la dislexia de la mayoría de la gente que te pedía “Pechuga frita” y tu les decías que ahí ponía Lechuga frita. Este día aprendí que hay mucha gente muy dura de mollera y que no sabe leer. Pero todo se iba solucionando, menos la feria, ella continuaba y aún quedaba más de la mitad.

CONTINUARÁ.......